Uno de los mayores anhelos del ser humano es la eterna juventud, evitando de esta forma el envejecimiento reflejado sobre todo en el rostro de las personas, es por ello que han sido y son, muchas las líneas de investigación desarrolladas para buscar remedios que mitiguen las señales que el paso del tiempo, muestran en la piel.

Este interés por prolongar en el tiempo la durabilidad, se puede igualmente extrapolar a todos los niveles y entre los muchos ejemplos se encuentra un producto muy conocido por todos como son las pilas y baterías más duraderas, Y DURAN Y DURAN!!!

Entre los avances para prolongar las señales indicativas del envejecimiento, además de las acciones estéticas mediante cirugía, se encuentra el empleo de sistemas que, inyectados en la piel, permiten ofrecer un aspecto más joven, prolongando de esta forma en el tiempo, la aparición de las indeseadas arrugas. Este tipo de sistemas, entre otros, se conocen con el nombre de botox, que no es más, que la inyección de una sustancia compatible con el tejido orgánico y que poco a poco, va actuando consiguiendo, de esta forma regenerar la piel y ofrecer un aspecto más juvenil.

Este símil se puede extrapolar al sector de la construcción y en concreto a la construcción de carreteras con el empleo de mezclas bituminosas.

La carreteras, por su exposición a las solicitaciones del tráfico, así como a las condiciones ambientales, sufren un envejecimiento que, si no se realizan actuaciones en el momento de su aparición, acaban presentando la aparición de una serie de defectos que con el tiempo, se van extendiendo, creando situaciones que afectan a la sostenibilidad de la propia infraestructura en todos los ámbitos, en el medioambiental; generando un mayor consumo de combustible por la falta de regularidad de la superficie, en el aspecto económico; aumentando los costes de la reparación de los defectos y en el ámbito social; con la pérdida de confort e incluso seguridad para los usuarios.

En esta situación, se considera importante plantear métodos o técnicas para alargar la durabilidad de los firmes y por tanto prolongar la aparición de su degradación, este es uno de los campos de investigación en los que el sector se encuentra más implicado y no solo buscando actuaciones inmediatas para paliar esos defectos, sino conseguir que las acciones que se apliquen sean sostenibles y que puedan ser ejecutadas de manera preventiva.

Dentro del Proyecto REPARA 2.0 una de las tareas consiste en buscar soluciones preventivas y sobre todo sostenibles que permitan actuar a largo plazo prolongando la durabilidad de la mezcla bituminosa. Y para esta tarea dentro del trabajo de investigación, se ha tenido en cuenta el proceso que se aplica para el rejuvenecimiento de la piel con la inyección de un sistema que prolonga en el tiempo la aparición de las arrugas comentadas, es decir estamos buscando “el botox de la carretera”.

Este trabajo realizado en colaboración entre ACCIONA y REPSOL como partners dentro del consorcio, se está basando en encontrar un sistema, compatible con el ligante empleado en la mezcla bituminosa, que pueda intervenir a lo largo del tiempo y que actúe como un “botox” sobre la mezcla.

Los trabajos iniciales, consisten en encontrar no sólo el sistema rejuvenecedor, sino buscar un medio, al que le llamamos sustrato, que permita su incorporación en la mezcla bituminosa con el objetivo de hacer el proceso lo más ágil posible al fabricante. Este trabajo arduo y laborioso, se ha realizado teniendo en cuenta la cantidad de sistema rejuvenecedor que se incorpora en el sustrato. Para conocer esta información ha sido necesario el empleo de métodos de ensayo que permitan conseguir esta información, empleando técnicas analíticas de alto rendimiento.

Ahora queda completar el trabajo y analizar si el “botox de la carretera” es efectivo y permite prolongar la durabilidad de las mezclas bituminosas. Si esto se consigue, será un reto importante para nuestras carreteras al igual que lo ha sido, encontrar un “elixir” para aparentar una mayor juventud.